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Patrones de violencia de género

1409 femicidios durante los primeros meses de pandemia en América Latina

En los primeros meses de la cuarentena durante la pandemia por covid-19, de marzo a junio de 2020, se registraron 1409 feminicidios en 19 países de América Latina. Brasil, México, Colombia, Argentina y Honduras son los que contaron más muertes violentas de mujeres por el hecho de ser mujeres. Las dinámicas de los feminicidios durante estos cuatro meses han variado según el país. La mayoría registraron incrementos en mayo o en junio.

Texto: Carmen Quintela Babío (España)

 

Los feminicidios o femicidios (el término varía según el país que lo nombra) son los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres. Son muertes violentas, que se llevan a cabo en medio de un sistema de relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres. Así los define el Comité de Expertas del MESECVI en la Ley modelo interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la muerte violenta de mujeres y niñas. 

La antropóloga mexicana Marcela Lagarde, quien acuñó el término de “feminicidio” definió este concepto como el “genocidio contra mujeres” que sucede cuando “las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados violentos contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de niñas y mujeres”. “Para que se dé el feminicidio concurren, de manera criminal, el silencio, la omisión, la negligencia y la colusión parcial o total de autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crímenes”, concluye Lagarde. 

En América Latina, la mayoría de países tipifican en sus leyes las muertes violentas de mujeres como el tipo más extremo de violencia de género, aunque no en todos se nombran los feminicidios o femicidios. Según ONU Mujeres, únicamente Cuba y Haití no han penalizado este delito.

Para esta investigación se analizó la situación de varios patrones de violencia contra las mujeres por razones de género, que se han repetido durante la cuarentena por la covid-19 en 19 países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. 

En estos 19 países, de marzo a junio de 2020, se registraron 1409 feminicidios. En América Latina, en estos cuatro meses, 11 mujeres al día fueron asesinadas por el hecho de ser mujeres. 

Durante los primeros cuatro meses de pandemia por la covid-19, Brasil fue el país que más feminicidios registró: 429 mujeres fueron asesinadas entre marzo y junio.

Lo siguió México, con 324 feminicidios; Colombia, donde asesinaron a 154 mujeres; Argentina, que registró 97 feminicidios y Honduras, donde 86 mujeres fueron asesinadas por el hecho de serlo.

Cabe señalar que los cuatro primeros países son también los que más población de mujeres registran en América Latina, en este mismo orden, según datos del Banco Mundial. Honduras, el quinto país con más femicidios, es, sin embargo, el país número 13 en cuanto a población, lo que evidencia una tasa mayor de muertes violentas de mujeres.

La abogada guatemalteca Quetzalí Cerezo explica que “la mayor parte de los casos de violencia contra las mujeres, incluyendo el femicidio, son cometidos por hombres que han sido esposos, parejas o convivientes”.

“En el contexto de pandemia, las mujeres se encuentran encerradas con sus violentadores, sin opciones para proteger su vida y su integridad. Por género, las mujeres han vivido históricamente en confinamiento. La diferencia ahora es que lo deben hacer con los hombres, quienes, ante la imposibilidad de salir y movilizarse, se vuelven más violentos y descargan esas violencias machistas y misóginas sobre las mujeres”, concluye.

Los patrones de los feminicidios

La dinámica de los feminicidios en estos cuatro meses varió según el país. Por ejemplo, entre marzo y abril, en Colombia, Honduras, Uruguay y Venezuela hubo un descenso de feminicidios (en algunos países más pronunciado que en otros). Pero en mayo aumentaron. En Ecuador, estas muertes violentas también se incrementaron en mayo, aunque ya llevaban una tendencia al alza.

Entre mayo y junio, en algunos lugares como Venezuela, Nicaragua y Ecuador, disminuyeron, mientras que Colombia continuó en ascenso.

El repunte de los feminicidios en otros países llegó en junio y no en mayo. Guatemala, México y Paraguay pasaron los primeros meses de pandemia con una ligera tendencia a la baja, que luego aumentó en junio.

Argentina, Brasil y El Salvador siguieron una tendencia diferente. Registraron picos de casos en abril y en mayo se dio un descenso considerable, en comparación con el mes anterior. Aun así, cada país tuvo cifras muy diferentes. En Bolivia, la tendencia se mantuvo al alza desde marzo.

Esta información se obtuvo por diferentes fuentes, según el país. En Bolivia, Costa Rica, Guatemala, Paraguay, Honduras, México, Perú y República Dominicana, instituciones públicas como las fiscalías, los organismos judiciales o los gobiernos entregaron la información.

Pero en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Cuba, Nicaragua, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela, fueron organizaciones no gubernamentales las que facilitaron los datos.

Esto se debe a que en ocasiones, los Estados no registran los feminicidios, como en Cuba, donde el delito no está registrado en el Código Penal. El no nombrar un fenómeno, un patrón, implica en este caso que para las estadísticas oficiales no exista. 

En otros países, la información oficial sobre personas fallecidas no está disponible o no está tan completa como la de las organizaciones. Y en algunos casos, la misma emergencia sanitaria por covid-19 ha desbordado y limitado a instituciones públicas que no han realizado un registro o no lo han hecho público. 

Sobre esto, la socióloga ecuatoriana Rocío Rosero Garcés explica que “en las estadísticas oficiales hay interpretaciones restrictivas de los mismos organismos que hacen la estadística. Por ejemplo, en Ecuador se hace una interpretación literal del tipo penal de femicidios y no necesariamente se incluyen todas las muertes violentas de mujeres por razones de género. Se ciñe mucho a la relación de pareja”.

Esta idea también la comparte María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, quien remarca que “hay enormes desafíos en la comparabilidad (de los datos de feminicidios y femicidios) por los distintos enfoques en la medición, las diferencias en la tipificación y las diversas instituciones que producen las cifras en los países”.

Además, hace hincapié en que “estando en medio de una crisis, no es prudente apresurarse a tomar conclusiones sobre los datos. CEPAL (la Comisión Económica para América Latina y el Caribe), por ejemplo, ha reiterado que los registros de la región tienen rezagos, imprecisiones y son insuficientes”. 

“Lo quesabemos  es que las cifras ya eran de niveles pandémicos antes de la crisis, porque el problema de la violencia contra las mujeres no es debido a covid-19, sino a la desigualdad y discriminación de género, así como a las masculinidades nocivas aún vigentes en nuestras sociedades”, añade Vaeza. 

Hay que tomar en cuenta también que para realizar un análisis más preciso de estos datos, sería necesario conocer las cifras de años anteriores, para verificar si la cantidad y tendencia de los feminicidios ha estado influida de alguna manera por la pandemia de covid-19. También podría enriquecer el panorama contar con información de los meses previos a la pandemia, para saber si las medidas tomadas por los gobiernos influyeron en el aumento o descenso de los casos.

María Noel Vaeza, explica que en ONU Mujeres no cuentan con datos sistematizados sobre el impacto de la pandemia y las medidas de confinamiento en los femicidios que permitan llegar a conclusiones sobre las tendencias o hacer comparaciones regionales. “Estamos haciendo evaluaciones rápidas junto a los institutos de estadísticas y ministerios de las mujeres de Colombia, México y Chile y en pocas semanas podremos tener más elementos”.

Vaeza concluye que “sin duda, las decisiones gubernamentales que se hayan tomado en estos meses pueden impactar en el aumento o reducción de casos de violencia reportados o denunciados y en el acceso a servicios esenciales”.

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Las fuentes consultadas para la elaboración del video y de este texto son: Organizaciones: Observatorio ahora que sí nos ven (Argentina), Red chilena contra la violencia hacia las mujeres (Chile), Observatorio de feminicidios (Colombia), Fundación Feminicidios Colombia, Fundación Paz y Reconciliación (Colombia), Yo sí te creo (Cuba), Comisión ecuménica derechos humanos (Ecuador), Observatorio de Violencia Contra las Mujeres (El Salvador), Centro de Derecho de Mujeres (Honduras), Católicas por el Derecho a Decidir (Nicaragua), Observatorio de Equidad de Género (Puerto Rico), Organización Feminicidios Uruguay (Uruguay), Centro de Justicia y Paz (Venezuela). Instituciones públicas: Fiscalía General del Estado (Bolivia), Secretaría de seguridad de gobiernos locales (Brasil), Fiscalía General de la Nación (Colombia), Observatorio de Violencia de Género y Acceso a la Justicia del Poder Judicial (Costa Rica), Ministerio Público (Guatemala), Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (México), Observatorio de la mujer del Ministerio de la Mujer (Paraguay), Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Perú), Procuraduría General de la República (República Dominicana).

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